No todo lo que un autor escribe acaba publicándose. De hecho, es más lo que permanece en los archivos de su ordenador que lo que llega al lector. Buena parte de estos textos quedarán por siempre ahí, dormidos, paralizados; otros, sin embargo, podrán ser rescatados en el futuro para darles una nueva vida. Esto es algo que a mí me encanta hacer con mis relatos y novelas antiguas: retomarlos pasado en tiempo y dejarlos volar al fin. Y así, con un cuento que tenía guardado desde hace tiempo, comenzó la aventura de Elías y los ladrones de magia, mi primera novela publicada.
Recuerdo perfectamente el fervor con el que escribí el borrador en una libreta. La inspiración me había venido de golpe, ofreciéndome la historia completa, y no podía dejar de escribir hasta llegar al final. Se trataba de un cuento gótico de carácter divertido en el que un narrador chispeante, un viajero ávido de novedades, contaba al público sus aventuras y desventuras con una mujer mitad pez. Efectivamente, quedé muy contenta con el resultado, al que decidí titular La última sirena. ¿Por qué no lo publiqué de esa manera, entonces? Pues porque se trataba de un relato largo que no llegaba a novela, un escrito difícil de encajar en el mundo editorial en aquellos días.
Mi cuento se quedó en reposo durante un tiempo considerable. Hasta que un día, vi el anuncio de un concurso literario, concretamente, uno de novela juvenil. Por alguna extraña razón (no se puede decir que tuviera experiencia en el tema), me vi capaz de participar y ganar ese certamen. Totalmente decidida, aunque solo faltaban unos meses para que finalizara el plazo y yo solo tenía un esbozo de la trama en mi cabeza, me puse manos a la obra, siempre sabiendo que acabaría incluyendo aquella historia del viajero y la sirena en él.
Sí, amigos y amigas, ahí estaba yo, con un objetivo fijado, entusiasmo y ganas de trabajar. Como el tiempo no era mucho, me puse a escribir de forma intensiva. No hubo ningún bloqueo: cada vez que aparecía un obstáculo en la trama, buscaba rápidamente la manera de solventarlo. Y después de unos pocos meses escribiendo totalmente en secreto, por fin conseguí acabar mi novela.
Un momento, ¿no os he contado todavía de qué va Elías y los ladrones de magia? Si os pasáis por la sección de Libros de esta página web podréis leer la sinopsis completa. Pero si queréis una versión distinta, aquí voy con la que se me ocurre ahora mismo: Elías y los ladrones de magia es la historia de un niño solitario que en una excursión con el colegio se encuentra un pez parlante. El chico se lleva el pez a su casa y este se convierte en hombre mágicamente. El hombre pez tiene una historia, la que narraba en el cuento La última sirena. Una vez que se la cuenta a Elías, comienza una nueva aventura por las calles de Granada, conociendo a personajes populares de la ciudad y huyendo de los seres que quieren hacerse con los sueños de la gente del lugar.
Sí, la sinopsis oficial es algo mejor. Vuelvo a invitarte a que la leas. Sea como sea, lo importante es que sepas que Elías y los ladrones de magia es una historia de fantasía urbana de corte juvenil que, sin embargo, ha cautivado a más adultos que adolescentes por su manera de fomentar los buenos valores y por su afán por demostrar que la ciudad de Granada es mágica. O, al menos, eso me gusta creer.
¿Qué pasó con el concurso? No, no lo gané. Pero hay mucho que contar de lo que pasó después. Eso será en otro artículo.
Antes de acabar esta publicación, te recuerdo que para conseguir tu ejemplar de Elías y los ladrones de magia, hacerme cualquier consulta, etc, puedes escribirme a crismonteoliva@hotmail.com. Os atenderé a todos encantada.
¡Ah, por cierto! Os dejo la ilustración original del libro tal y como está publicado actualmente, obra del dibujante Claudio Sánchez Viveros.
Gracias por leerme. Que tengas un gran día.
Maravilloso ❤️👏👏👏👏